Muerte social

  Pese a lo que pueda parecer sigo viva, aunque empiezo a pensar, que lo que realmente estoy es socialmente muerta. Me he dado cuenta que llevo quince días que mi vida es colegio-casa, casa-colegio, teniendo como única excepción mis clases de flamenco y mi masaje semanal...¡Qué horror!
   Durante estas dos últimas semanas he tenido que hacer frente a unas jornadas culturales, previa preparación de las mismas, y por si fuera poco, poner los talleres en marcha contando con la 'grata colaboración de las madres'. Sí, de las madres ¡Casi muero!! Cómo si 220 infantes no fuesen suficientes, alguien decidió que sus madres también deberían participar!!!, ¡¡Qué stress, scuatro... que sinfinito!! Aún no he recuperado el sueño.

   Lo peor no fueron las madre. Lo peor de todo tuvo lugar el viernes, ahí fue cuando mí muerte social se produjo completamente. Yo, que tardo más tiempo en elegir mí ropa diaria que en cocinar una fabada, me vi obligada a disfrazarme!!!de constelación¡¡con una bolsa de basura!!! Pero no os creáis que con cualquier bolsa de basura, no no. ¿Para qué llevar una simple bolsa de basura de tamaño standar pudiendo llevar una bolsa de basura tamaño industrial, que hacía dudar a los allí presentes si las profes íbamos de constelación o de novias emos siguiendo la pasada tendencia del print estelar???

   Pues lo dicho, que tras tanto horror, tanto stress y tanto trabajo, lo que menos me apetecía era sofa, silencio y más silencio, por no escuchar jaleo no veía ni sálvame, lo que  me hacía falta era paz interior y exterior.

  Teniendo en cuenta que la ira lleva al odio y el odio al lado oscuro, decidí que para no llegar a esos extremos, y para evitar comerme alguna madre, niñ@ o compañera lo mejor sería canalizar mi ira y toda la adrenalina acumulada y poner en marcha mí taller de chinos y ponerme a coser. De esta forma mientras me recupero de todo lo que las jornadas culturales conllevan, ya tengo casi lista mi falda asimétrica y planeo la elaboración de otras prendas, esperando con ansia que llegue el buen tiempo.

  Y para ir recuperando mí vida social (ya que no solo de flamenco vive la Bar), quitarme la espinita de la bolsa de basura, celebrar el cumple de mi Husband y ver a mi nuevo amor, nos vamos a Oviedo al carnaval¡¡ y de shopping, of course!!¡Qué Dior nos pille confesaos!!!




See you...